Comenzó La Temporada de Aplicaciones
Este mes se da comienzo a la temporada de aplicaciones fitosanitarias, que principalmente se lleva a cabo en las zonas rurales de nuestro país, donde la agricultura es el pilar económico fundamental para el sustento de muchas empresas, trabajadores y familias, pero ¿Se encontrarán seguras?
Esta, sin duda es una interrogante que deja bastante que decir, muchos tendrán diferentes opiniones y puntos de vista al respecto, pero las cifras son claras y han demostrado que no ha habido un cambio positivo con respecto a la exposición a plaguicidas, es más, este último tiempo se han presentado casos de intoxicación en comunidades, escuelas e incluso se han visto perjudicados otros tipos de siembras (hortalizas) y sectores económicos (apicultor).
Pero ¿Por qué el uso de plaguicidas en la actividad agrícola?
En primer lugar, tal y como mencionamos en publicaciones pasadas, el uso de plaguicidas en la agricultura beneficia el rendimiento de los cultivos en un 35 a 42%. Otro motivo por el cual se utilizan estos químicos es la gran variedad de malezas, insectos y microorganismos (principales plagas) que se hospedan especialmente en predios agrícolas. Estas plagas no permiten que las plantas y los frutos se desarrollen con vigor, perjudicando el crecimiento, formación y por sobre todo la maduración del fruto. En definitiva, el uso de plaguicidas es fundamental para el sector, pero ¿Existe un control en el ciclo de vida de estos químicos?, es aquí el meollo del asunto.
De acuerdo con lo mencionado en el Protocolo de Vigilancia para Trabajadores Expuestos a Plaguicidas (año 2016), establece que “el sector agrícola es donde ocurre el mayor grado de exposición a plaguicidas”. Así lo refleja el siguiente gráfico.
Las intoxicaciones por plaguicidas tienen una presentación estacional, concentrando los casos entre los meses de septiembre a marzo. Esta presentación se debe principalmente a que la temporada agrícola se inicia durante la primavera de un año y termina a fines del verano del año siguiente, periodo donde se presenta una mayor utilización de plaguicidas, que va muy asociado también a las variaciones de insectos y microorganismos que alcanzan su peak entre primavera-verano y un mínimo entre otoño–invierno. Aquellos casos de intoxicaciones agudas por plaguicidas sobre la media están dados principalmente por la presencia de brotes, que corresponden a dos o más casos de intoxicación en los que se comprueba un origen común con el mismo agente causal y ocurrencia.
Durante el año 2019 las intoxicaciones agudas por plaguicidas mantienen un perfil similar a los años anteriores. Los casos se concentran principalmente en trabajadores agrícolas de 25 a 35 años, sin embargo, también se presentan casos de intoxicación en menores de edad. Estas se han ocasionado en brotes con un elevado número, afectando indirectamente a la comunidad y el medio ambiente. Es por tal motivo que se hace necesario dar un mayor impulso a la entrega de información, tanto a trabajadores como a la población en general, sobre los efectos que producen la exposición a plaguicidas, medidas de prevención y emergencia.
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